Una boda ibicenca en Cantabria no es algo que ocurre todos los días, ni siquiera todas las temporadas. De hecho, en los más de 10 años que venimos realizando videos y fotografía de boda es la primera de la que tenemos conocimiento.
Lucía y Carlos son una pareja especial, amantes de los perros y de la naturaleza, como su actual proyecto «Correcaninos» lo demuestra.
Cuando les conocimos nos reunimos en el Hotel Chiqui, en pleno Sardinero, con Reyes también, esa madre tan auténtica e intensa.
Por esos tiempos su proyecto www.correcaninos.com aun era eso, un proyecto.
Desde el primer momento sentimos como delegaban su confianza en nosotros con una absoluta tranquilidad, cualidades que sumadas a su sencillez y alegría se han mantenido durante todo el desarrollo de nuestro trabajo.
La boda no pudo ser más bonita, Lucía y Carlos residen en Logroño pero son unos apasionados de Ibiza, donde tienen muchos amigos, por ese motivo tenían claro que su ceremonia tenía que ser al estilo ibicenco, todos de blanco y en la playa.
Buscando y buscando dieron con el Hotel Milagros Golf en Mogro (Cantabria), lugar que les concedía el privilegio de realizar su ceremonia en la playa, con la cercania del Restaurante a apenas unos metros.
Tanto Carlos como Lucía decidieron vestirse en el propio Hotel, gran punto a favor en muchas bodas, pues permite disfrutar de las instalaciones, la decoración y la tranquilidad que supone estar al lado del lugar donde se realizará la ceremonia.
Del maquillaje y peluquería se encargó María Aragón Peluquería, a quien Lucía no dudó en traerse desde Logroño.
Fueron unos instantes de nervios pero también muy divertidos y emocionantes pues por la habitación de Lucía pasó todo un séquito, desde Reyes a las damas de honor, pasando por el propio Carlos que estuvo ayudando a Lucía a probarse la preciosa corona de flores que Chiqui de Entreflores creó para la ocasión, para Lucía y para las damas de honor, auténticas preciosidades que junto a la decoración del altar y de todos los detalles del banquete marcaron la diferencia.
Una ceremonia muy especial e intima que a pesar de la lluvia no impidió que se demostrasen tantas emociones y amor a través de las lecturas que se sucedieron.
El momento inicial en que Lucía y Carlos lanzaron al aire los farolillos dedicados a dos personas muy importantes para ellos marcó el comienzo, al que siguió el destape del cartel de Correcaninos por Carlos, sorpresa que había preparado Reyes.
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